sábado, 24 de noviembre de 2018

Sábado al fin

Estoy entusiasmado.
En un par de minutos, comienza mi descanso
Trescientos infinillones de fraccionécimas de segundos
Acostado, disfrutando del nada que hacer.
A ver cómo danzan las pelusas invisibles
O a ver el impresionismo de los párpados pisados
A olvidar los ladridos, los camiones
Las pisadas por millones
El coro demencial de los todos
Y los espectros con audífonos.

El tiempo es mal amigo del laburo
Te confunde las semanas con los siglos
Te pasa las horas por misas de funeral

El ocio es el pecado del mundo actual.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Licencia

Puedo, con el poder de un juicio
Invitar a las palabras esperadas
Violentas como el salario mínimo
O bien dulces como el perdón
Para ametrallar con mi repudio
A la piedra de Sísifo
De las cuarenta mil horas semanales.

Todo para roer un pan en las noches
Con sabor a lágrimas de tedio
Y la infinita cuenta del agua
Qué es un techo, si no una plaza con ventanas!

Cuando cae la noche
Y el músculo grita por las sábanas
El techo habla de las cosas más extrañas.
Mas toda la violencia
De los techos y las plazas
Se disipa con estruendo
Con el rugir de la mañana
Contra ese deseo infame
De asfixiarme con las sábanas
Y las cuarenta mil horas semanales!

domingo, 28 de octubre de 2018

Náufrago

No debería pasar horas viéndote, en el fotocinema de los párpados y las luces, como espejismos de hambre, como esperanza en guerra.
Debería seguir caminando, nunca hay tantas piedras por mover, pero tu voz predadora no descansa, y miran con ojos barrotes de oro y miel; entonces estoy en esta cálida celda sin paredes de la que no sé si quiero salir.

viernes, 12 de octubre de 2018

Inventario

Qué haces hoy de nuevo?
Sentado en la barra, mirando el porvenir
Bebiéndote el sueldo, como un poeta sin palabras
Como un tigre gastado, que sólo puede gozar de las praderas, mientras la fauna baila a tu alrededor sin pausa.

jueves, 23 de agosto de 2018

Tragaluz VI

La carne que brota de mí
Se apaga lentamente,
Cómo las velas en la mesa de centro
Que aún preguntan por ti.

La mesa

El árbol más noble
Sembrado por el viento
Abrazado por la tierra
Bendito por el beso del rocío.

Desnudo, baila en la nieve
Y viste de sombra a diciembre
En abril, tiñe de flamas el viento
Y corona septiembre con ofrendas a los muertos.

Y los años, de anillos separados
Por los vientos de todas las estancias
Las estaciones y sus fragancias
Hasta la mano hábil que cobija a sus hijos
Quién, con cincel y martillo
Dio luz a la mesa
Cuyos anillos se repiten
Bajo los vasos bebidos en otoño.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Minerva

Perdón, no fue mi intención quedar mirándote como perro hambriento, pero no encuentro la salida del claro de tus ojos

Vade retro

Es que, no po!

Ya no podís aparecerte así, cómo no cachay?

Yo ya no soy el de antes, las palabras no son opción para alterar los hechos, entonces bailan con poca gracia en el aire, como una bolsa plástica que se eleva por corrientes invisibles.
No puedes convertir mis sueños en poluciones, cómo se lo explico a mi hijo de tres años?
Ya no puedes abrazarme a la cama y arrullarme 30 minutos más, y decirle a mi jefe que se rompió una matriz de agua.

Perdón, se me hizo tarde, debo seguir creciendo.

domingo, 24 de junio de 2018

La Alameda con San Ignacio

Era de mañana, pero aún parecía de noche, especialmente por la tartamudez de su llovizna.

El semáforo se demoraba en convencerme de que no era daltónico, y cayó justo cuando pasaba ese auto negro, aunque eso no lo ví bien... Y ahí ocurrió; bien pudo ser una mariposa, mas fue la primera carta del invierno, del esqueleto de algún álamo que no alcancé a conocer.

sábado, 23 de junio de 2018

Minerva

Y, qué quieres que te diga?
me acostumbré a extrañarte.
como me acostumbré a la ciudad,
a los ladridos nocturnos de los autos.
a las luces de rapiña.
me acostumbré a tu ausencia.
a tu fantasmal martilleo en el plexo.
a tus palabras y canciones.
como el hijo se acostumbra a las promesas del
padre alcohólico
me acostumbré a tu silencio.
a tus palabras que no son palabras
a tus canciones que no son canciones.
a seguir tu sombra... que no es sombra.
como las de la ciudad!
con sus ladridos y rapiñas.
y martilleos fantasmales.
y tu sombra.
tu maldita...
escurridiza...
y lúgubremente luminosa sombra, que no es
sombra.

martes, 19 de junio de 2018

Voyeur

Me gusta leer lo que la gente tiene que decir, las personas cuyas firmas sólo se encuentran en contratos, los que no saben hasta dónde pueden escribir, los que muestran con una hormiga de vergüenza sus textos, quienes parten disculpándose o justificando el por qué.
Las personas normales, que usan palabras normales, los que escriben en las micros, en los bares, en las cartas que no enviaron... Quienes lo hacen porque pueden hacerlo, porque quieren conversar con el papel, quizá por la costumbre de hablar entre sordos, quizá porque la ciudad habla tan fuerte que hay que escuchar con atención las pequeñas voces de las polillas.
Quienes lo hacen porque sí, porque prefirieron regalarse esas palabras que botarlas al olvido.

lunes, 9 de abril de 2018

Bienvenida cesantía

Se aferró a mí como una garrapata hambrienta, a pesar de haberme despedido. El lunes se trataba precisamente de eso, de no dejarme agredir por el despertador de las seis y media, si no de rodear otra vez el pecho de mi polola con mi brazo. Era de no recorrer el trayecto al trabajo, ni discutir con el color del tren que dios manda... Hasta eso de las ocho de la tarde, luego de que todo trámite fallara, tomar el metro hasta la casa del Kurt, y ahí estaba.
Ahi, como esperando apagarme la mente, para en treinta minutos exactos volver al lugar del cual no me quieren recibir.

viernes, 6 de abril de 2018

Script

- Oye... Cómo estay?
- Es una pregunta retórica? Solidaridad a crédito con el karma? O en realidad querís sentarte a escuchar las hueás que me están pasando?

Yo, en un bar que no existe, en un momento que nunca pasó mientras me tomaba una cerveza y media sólo en in bar que sí existe, sin hablar con nadie.