miércoles, 28 de abril de 2021

Urbano

La última luz de un farol solitario
Que cae
Justo
En un círculo de la vereda
De un Santiago imaginario.

Bohemio y seguro
Luciérnago ambulante
Cálido y hóspito,
Cínico y violento.

¿Qué son las deudas, si no porvenires de progreso?

Porque es fácil alzar la voz, como un ángel recién castrado, a las multitudes imposibles.

Santiago es la trampa.
A la promesa sintonizada
Que nunca acaba de llegar.

Es el pan para mañana que era para hoy.
Es el gasto del gasto, y para el gasto
Y el costo de todo, y de todos.

Y, qué fácil es hablar desde el útero
De sus pilares de cristal
Y arropado con camisetas de la empresa
Dormir para no despertar nunca
Hasta que la calma te agota
Y a gotas hablas la rabia
Para caminar triunfante arrugando años de servicio
En un cheque ciánido.

Y correr a la maternidad del pijama
Para hibernar otro ciclo atemporal.

Y esperar la nueva era comiendo porquerías.
Para afeitar la cara y las costumbres
Y entrar a otro año dorado
Mientras el rostro brilla, lozano y estreñido
En la pizarra del empleado del mes.

Santiago es la misma película por años.
En ese cine del centro
Que ya nadie se molesta en visitar.

Es la navidad en la ventana de la multitienda
Pasaje sin escalas a las bodas áureas.
Camas ciegas en un patio de mármol
Que nunca se termina de pagar.

Noctámbulo

Funciono mejor de noche
cuando la ciudad duerme
cuando los perros dejan de ladrar
y no quedan más luces que los faros
la astronomía cartográfica
el esqueleto presumido de la ciudad.

Los autos gritan lo que los pies callan
las calles orinan
y los monumentos al héroe que nadie conoció
esperan ser maquillados como cheques en blanco.

La noche es mi aliada
es mi día, es mi llamado a escena
la familia que abrazó mi mente perenne.

el día es privilegio de la paz mental.

Carta a una desconocida.

Oh, Edna
yo te pediría
Querida Edna
Repetir la escena furtiva
en la que tú sales del baño
y el incendio amazónico se dibuja
entre tu sigil
y tu sonrisa margarita.

y yo 

En mi intermitente inteligencia
y con lerda reverencia
quise halagar tu figura
en lenguaje incomprensible
de esos que no entregan
los mensajes
que quedan
inertes.

Luego
FLotAnDo
En el conversatorio
al ritmo de un tinto que olvidé invitar
justo ahí, en el espejo rival
entre el lavado de manos obligatorio
y la mirada, tratando de enfocar la respiración obesa.

Edna,
No asististe a la premier de la película que te hice
así que te la conté.

No supiste qué decir, y yo no supe qué preguntarte
y mi verborrea contaminó la escena
y mi insistencia perdió contra tu resistencia,
y me fui
a tomar una decisión sabia
de, tras un beso de segundo lugar
transformarte en un texto que difícilmente volveré a hablar.

Todas las noches.

 Todas las noches me acuesto en una cama que no es mía. 

La veo deshecha y pienso “qué diría yo del pobre tipo que vive aquí” mientras veo su rollo de confort, esperando ser desescamado poco a poco, como una delicia oriental.

Cada noche digo “mañana”

Pondré mi vida en orden

Sabré lo que quiero

Cada noche pienso que me da lo mismo

Que estoy esperando algo.

Cada noche de mi vida.

los poetas

Los poetas que conocemos están muertos.
los poetas denominados, ejemplares en vida
- como animales en extinción -
son los que pueden ser poetas.
o los que consumieron de ese néctar divino.
el resto están fregando platos.
escuchando voces furiosas.
lamentos sin origen ni destino

los poetas que revivimos, murieron hace rato ya
sin tarjeta de crédito, sin saludos en la calle
bajo los hoteles del puente
gastando más de lo que podían
gastando los codos en todos los mesones
o insultando a la vida misma, la que los condenó a ser poetas.