domingo, 1 de mayo de 2022

Soy

 Ese paréntesis

Entre el certificado de nacimiento

y la fecha de expiración.

La gran pregunta.

La que se hacen los astrónomos, presidentes y poetas en crisis es:

¿Debería guardarme estas palabras, o arrojarlas a la tormenta y esperar que traigan mejores palabras?

Una vez, un viejo muerto me charcheteó en su máquina del tiempo.
Dijo que había que escribir como si fuese un volcán en erupción
como si las palabras se escurrieran a la fuerza como un vómito de mala borrachera.
Y que era la única forma de hacerlo.

Y aquí estoy, tirando del arado un montón de códigos que se iban a perder en el concho de otra lata, otra vez.

Una vez, un hermitaño vivo me charcheteó en su máquina léxica.
Dijo que escribir no era lo mismo que teclear, que escribir es puño y letra, y corazón.

Y aquí estoy, charcheteando cien botones con garabatos lógicos, con un concho de corazón que se iba a perder.

Como el astrónomo del que nunca hablé.

¿Soy más la lata o el charcheteado que charchetea botones con garabatos lógicos?