Casi a punto de tirar estas palabras
O, más bien, suspiros criados por la boca
acogidas
como pichón huérfano
por ese lugar de la memoria
que nunca volvemos a visitar.
Como la casa de la abuela,
o la escuela, al cumplir la condena...
Como sea, Qué infortunio :(
Oh, dios vuestro
¡Esas palabras no tienen dónde dormir!